Este hombre recorre Limón en moto con sus pericos y sin decir una sola palabra
Su moto es su hogar, sus aves su familia y su presencia una lección diaria de amor tranquilo y libertad absoluta.
En medio del bullicio del boulevard de Limón, entre cajeros, palmeras y calor caribeño, hay un personaje que no necesita hablar para contar su historia. Fernando Matarrita recorre las calles en una moto adaptada que también funciona como su hogar. Siempre va acompañado por sus inseparables pericos, que descansan sobre sus hombros o viajan en una pequeña jaula.
Fernando no habla, se comunica con señas. Su silencio es parte de su identidad y su presencia se ha vuelto familiar para los vecinos de Limón, que lo reconocen por su sonrisa tranquila y la compañía constante de sus aves.
Antes andaba en bicicleta. Hoy, gracias a un regalo, lo hace en moto. Duerme donde lo alcance la noche y viaja sin apuro, guiado por la libertad. Luis Antonio Gonzaga, Dunia Peraza y Fabián Acuña, vecinos del centro de Limón, lo describen como parte del paisaje urbano y de la historia viva del pueblo.
Fernando no necesita palabras para conectar. Su vida, su moto y sus pericos cuentan una historia que se escucha con el corazón. Para conocerla de cerca, le invitamos a ver el reportaje completo en el video que está en la portada de este texto.