Entre podas y silencios: el arte del bonsái toma fuerza en las montañas de Cartago
Una comunidad crece alrededor de este arte japonés, que exige tiempo, escucha y respeto por la naturaleza.
En esta entrega de nuestro segmento De taller en taller, exploramos el arte del bonsái y descubrimos que va mucho más allá de dar forma a pequeños árboles: es una forma de vida que invita a la calma, la observación y la paciencia.
Esta vez, nos trasladamos hasta Birrisito de Paraíso, en las montañas de Cartago, para participar en un taller básico impartido por Manuel Garbanzo Badilla, fundador de Paraíso Bonsái.
Durante cinco horas, los asistentes aprenden teoría y práctica: desde la selección del árbol hasta las primeras podas, el alambrado, los tipos de sustratos y el cuidado del riego. Todo acompañado por la guía cercana de Manuel, quien comparte no solo su experiencia, sino su visión filosófica sobre el arte del bonsái.
“Cada bonsái cuenta una historia”, nos dice. “Aquí no se trata de dominar la naturaleza, sino de dialogar con ella. Aprender a leer un árbol, sus señales, su estructura. Es un camino de ida hacia la calma”.
El curso está diseñado para quienes no tienen experiencia previa. Más allá de las herramientas y técnicas, la jornada se convierte en una invitación a desconectarse del ruido, a observar con más atención y a reconectarse con uno mismo.
Paraíso Bonsái también ofrece talleres avanzados y asesorías personalizadas para quienes deseen seguir profundizando en este arte milenario, que desde Japón ha echado raíces en Costa Rica.
El entorno natural en que se imparte —rodeado de montañas y aire fresco— contribuye a sintonizar cuerpo y mente con la esencia del bonsái. Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada de este texto.
Para más información, puede seguirlos en Instagram como @paraisobonsai o comunicarse al teléfono 8308-1013.