¿Pueden las cenizas del volcán Poás mejorar la fertilidad del suelo?
Vale la pena repasar qué sucedió en Cartago tras el ciclo eruptivo que se vivió en los 60 con el volcán Irazú.
En marzo de 1963, el volcán Irazú entró en un ciclo eruptivo que se extendió durante dos años (vea video adjunto de Telenoticias).
Como efecto inmediato, la expulsión de ceniza generó lahares y afectó la agricultura y ganadería.
Sin embargo, con el paso del tiempo, estas mismas cenizas contribuyeron a la formación de suelos fértiles en la región.
¿Podría el mismo fenómeno que ocurrió en Cartago durante los 60 repetirse con las recientes erupciones del Poás?
"Podemos esperar que en el largo plazo, lo que está pasando en el Poás vaya a contribuir con la fertilidad de los suelos aledaños donde esas cenizas están cayendo", indicó el presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), Óscar Arias.
No es coincidencia que en estos sectores el café prospere con tanta calidad.
Sin embargo, a corto plazo, las consecuencias pueden ser severas, especialmente para la vegetación, la ganadería y el turismo.