En casi dos años, presidenta del PANI asegura que despidió a siete funcionarios

A casi dos años de haber asumido la presidencia ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Kennly Garza asegura que ha liderado una gestión enfocada en sanear la institución y garantizar una mayor supervisión de los servicios que brinda.

Bajo su administración, se han producido siete despidos y se mantienen ocho trabajadores con medidas cautelares, todos por presuntas irregularidades en sus funciones.

Garza llegó al PANI el 10 de agosto de 2023.

"Me encuentro una institución en crisis, descompensada, descontenida y muy golpeada desde la opinión pública, a través de algunas noticias que estaban justamente en suceso", aseguró Garza, en entrevista con Teletica.com.

La jerarca defendió que cada caso se ha manejado con rigurosidad legal y aseguró que el PANI, como toda institución pública, sigue un debido proceso antes de ejecutar un despido, incluyendo notificación formal, audiencia de defensa y resolución administrativa motivada.

Garza señaló que su prioridad ha sido no permitir que problemas estructurales históricos sigan postergándose.

“En primer lugar, cuando llegué a la institución, quise que en esta Presidencia Ejecutiva no pasen algunos problemas históricos como, por ejemplo, algún tema que tiene que ver con las auxiliares de servicios infantiles o el personal que atiende a las personas menores en albergue.

“La supervisión es fundamental, por eso supervisamos constantemente los albergues y a todos aquellos programas que trabajamos con ONG. Esto implica, por un lado, cuidar la hacienda pública, pero por encima de eso, que las personas menores de edad bajo protección del Estado, constituyente o de PANI, tengan acceso a servicios de calidad y la protección y el desarrollo integral que estamos obligados a proporcionar”, expresó.

Sobre las conductas inapropiadas de funcionarios, Garza fue enfática y manifestó que “el ser muy estricta en la administración con cualquier comportamiento funcionarial que se salga o no esté alineado con los principios del deber ser, de la probidad y el deber de atender y de proteger, esto, por supuesto, siempre mueve un poco el piso”.

Si bien no ha visitado las 58 oficinas de la institución, mantiene una comunicación directa y constante con las sedes.

"Entre los principales retos que enfrenta la institución están los casos de negligencia, conflictos familiares, exposición a sustancias y conductas disruptivas en adolescentes, muchas veces derivadas de un entorno familiar complejo.

"La mayor parte de nuestros funcionarios son excelentes profesionales con la camiseta bien puesta, pero no puedo negar que hemos tenido que hacer unos siete despidos, unas ocho medidas cautelares y el número de investigaciones justificadas han sido también una tónica en esta administración porque una prioridad también ha sido ordenar, pero también limpiar la casa”, agregó Garza.

Uno de los casos más sonados, donde hubo funcionarios del PANI despedidos y suspendidos temporalmente, ocurrió con la desaparición de la bebé Keibril, la cual ocurrió la mañana del 9 de abril de 2023, en Bajo de Cervantes, en Cartago. La menor nunca apareció. 

Al haber irregularidades en decenas de expedientes, un abogado y una trabajadora social fueron despedidos sin responsabilidad patronal. Otra trabajadora social, un psicólogo y dos criminólogos fueron suspendidos del cargo sin goce salarial.

La mamá de Keibril era una menor de edad y su papá era la pareja sentimental de la abuela de la bebé. Tanto el MEP como familiares de la mamá de Keibril habían denunciado la situación que ocurría dentro del hogar ante el PANI, sin embargo, no se habría dado una respuesta rápida por parte de los funcionarios de la institución.

Fue el 6 de noviembre de 2024 cuando el Tribunal Penal de Cartago condenó al papá de Keibril a 79 años de cárcel por tres delitos de violación calificada y uno de sustracción de menor. La sentencia fue por decisión unánime. Los jueces consideraron que el hombre, de apellido Casasola, fue el autor responsable de los delitos que se le acusaban.

El condenado alegó y aceptó que sí violó a la menor a escondidas de su madre.