“Seguro fueron los duendes”: el caso que marcó a Pejibaye hace más de medio siglo
La pequeña Ana Julia fue hallada sana y salva tras una intensa búsqueda. Hoy, su historia aún se cuenta como leyenda local.
En Pejibaye de Jiménez, entre cafetales, neblina y montañas, hay historias que no mueren con el paso del tiempo. Una de ellas es la que recuerda con claridad doña Ana Camacho, vecina de este tranquilo cantón cartaginés.
Han pasado más de cincuenta años desde aquella tarde en que su hija Ana Julia Alvarado, entonces una niña pequeña, desapareció sin explicación mientras caminaba con su hermana mayor. La estaban cuidando en casa de una vecina, ya que doña Ana debía ir a trabajar. Pero al regresar, algo no cuadraba.
“Ellas venían por un cafetal cerca de casa, porque estaban donde una vecina que las cuidaba ya que yo debía ir a trabajar. Al momento de entrar a casa, la hermana mayor me pregunta por Ana Julia, porque en algún momento durante el recorrido había desaparecido”.
Inmediatamente, vecinos y familiares comenzaron la búsqueda. Revisaron caminos, casas, quebradas… pero no había rastro. Al caer la noche, la angustia crecía. Fue entonces cuando una prima, Isabel, lanzó una frase que congeló el aire: “Seguro fueron los duendes los que se la llevaron…”
Doña Ana no era dada a creer en esos relatos, pero esa noche, mientras subían a la montaña con linternas, el ambiente se sentía distinto. Un silencio espeso, una brisa helada, un miedo colectivo que crecía con cada paso.
La comunidad se volcó a la búsqueda. Subieron de madrugada por senderos que pocos se atrevían a recorrer de noche. Lo hicieron movidos por la esperanza.
Y fue hasta el amanecer cuando un señor la encontró: sentada, sola, al borde de una catarata. Estaba debajo de una piedra grande, como si alguien la hubiera colocado ahí con cuidado.
“Estaba tranquila… no lloraba, no decía nada. Solo miraba el agua,” recuerda doña Ana.
Desde entonces, la historia pasó de boca en boca y se convirtió en leyenda. Para algunos, fue un milagro. Para otros, una travesura de los duendes, esos seres que, según cuentan en Pejibaye, aún habitan los rincones más profundos del bosque.
Conozca más sobre esta historia en el reportaje que aparece en la portada.
