La vitalidad tiene nombre y se llama Rosa
A sus 78 años, esta vecina de Moravia demuestra que la alegría, el arte y la convivencia pueden hacer de la vejez una etapa vibrante.
En la Asociación Casa de la Persona Adulta Mayor, en Moravia, hay una mujer que brilla con luz propia. Se llama Rosa Vargas, tiene 78 años y una energía que contagia a todos. Su actitud positiva, su risa fácil y su amor por la vida hacen que cualquiera que la conozca se lleve algo de su alegría.
Doña Rosa no pasa desapercibida. Siempre está en movimiento: baila, pinta, participa en juegos y se involucra con entusiasmo en todas las actividades del centro. Su mensaje es claro y poderoso: la edad no es un freno, es una oportunidad (ver video adjunto de Más Que Noticias).
En las clases de bailes típicos se le ve feliz, con pasos firmes y una sonrisa que se mantiene intacta. También disfruta de pintar y probar cosas nuevas, convencida de que cada día es una chance para aprender y gozar.
Sus compañeros la quieren mucho. En el centro la cuidan, la chinean y la hacen sentir especial, algo que ella valora profundamente. Y es que su presencia anima, su risa relaja y su espíritu inspira.
Rosa Vargas es prueba viviente de que una actitud positiva puede transformar el día a día. Su manera de vivir demuestra que nunca es tarde para volver a empezar, para ser feliz y para contagiar esa felicidad a los demás.
Conozca su historia en el reportaje que aparece en la portada de este texto.