Por Johnny López |6 de junio de 2025, 18:30 PM

Cada mañana en San Vicente de La Suiza, Turrialba, el día comienza con el sonido de la caña al ser bajada, el crujido de la molienda… y el aroma inconfundible del jugo dulce comenzando a hervir.

Así arranca la jornada en el Trapiche Salmerón, donde don Miguel Salmerón y su familia honran un legado que comenzó hace más de siete décadas.

“Esto lo inició mi papá, don Consuelo Salmerón Solano, hace 70 años. Era su forma de sacar adelante a la familia. Hoy nosotros seguimos con esa misma pasión”, relata don Miguel.

Un oficio que no descansa

Aquí, el trabajo es constante. De lunes a sábado, se procesan hasta cinco toneladas de caña al día, lo que permite producir más de 700 tapas de dulce artesanales, elaboradas con paciencia, fuego de leña y manos expertas que conocen cada paso del proceso.

“No usamos máquinas grandes ni procesos industriales. Todo aquí es artesanal. Y eso se nota en el sabor”, afirma Miguel con orgullo.

Más que dulce: historia viva

Lo que sale del trapiche no es solo tapa de dulce o dulce en polvo. Cada producto está impregnado de historia, esfuerzo y tradición.

“Aquí se cocina con respeto al pasado. Con cada lote que hacemos, recordamos a mi papá… y compartimos con los clientes lo que él nos enseñó.”

Entre leña, moldes, humo y manos curtidas por el trabajo, la familia Salmerón continúa una labor que no solo alimenta, sino que conecta generaciones y preserva una forma de vida que resiste al paso del tiempo.

Repase el reportaje completo en el video que aparece en la portada del artículo.

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