Por Mariana Valladares |17 de junio de 2025, 15:30 PM

La ilusión comenzó desde octubre del año pasado cuando cuatro amigas costarricenses consiguieron entradas con acceso anticipado para ver a Shakira en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Eligieron con cuidado la localidad que mejor se ajustara a su presupuesto y expectativas, y armaron todo el viaje alrededor de una sola meta: asistir al concierto de una artista a la que admiraban desde niñas.

“Todo este viaje estaba centrado en ir al concierto”, recordó una de ellas, quien prefiere mantener su identidad en anonimato y para efectos de esta nota llamaremos Marcela.

Volaron hasta Austin y desde ahí se trasladaron en carretera hasta San Antonio, a una hora y media de distancia. Eran seis personas en total, incluyendo un menor de edad. Cada detalle estaba listo: los outfits, el maquillaje, hospedaje, transporte y, sobre todo, la buena actitud.

Sabían que existía la posibilidad de una cancelación —Shakira ya había pospuesto seis fechas anteriores—, pero a medida que se acercaba el día y no había ningún anuncio oficial, comenzaron a sentir que esta vez sí sería real. 

“Ya cuando iba en el Uber, camino al lugar del concierto, me permití emocionarme. Según yo era imposible que en ese punto cancelaran”, contó la asistente.

Sin embargo, al llegar al recinto, la primera alerta: las puertas no estaban abiertas. “Nos dijeron que hubo un problema con el escenario, que el chequeo de sonido se atrasó y que ella estaba en eso. Pero ya faltaba poco para que empezara el show… era raro”.

El ambiente se llenó de incertidumbre. Aunque seguridad insistía en que el concierto seguía en pie, algo no cuadraba. Finalmente, llegó la confirmación: a través de una notificación del Apple Wallet, vieron que la fecha del evento había cambiado a “TBA” (to be announced, en español: pendiente a ser anunciado).

Minutos después, el personal de seguridad —que intentó mantener el ánimo con humor— confirmó lo que todas temían: el concierto estaba oficialmente pospuesto.

“Fue un alegrón de burro. El menor de edad que venía con nosotras se puso a llorar y decía: ‘Es que yo quería ver a Shakira’. Nos partió el corazón, porque todas queríamos llorar también. Había un chico colombiano con un rótulo gigante que decía: ‘Este es mi primer concierto’. La comunidad latina estaba con todo. Había gente que había viajado desde México, desde otras partes de Texas. El ambiente era hermoso, respetuoso. Se notaba que todos hicieron una gran inversión", acotó. 

La frustración también vino por la falta de comunicación clara. 

“Ella no da la cara. Solo subió una historia diciendo que tenía el corazón roto. Pero nosotras no estamos facturando, estamos perdiendo plata. Las mujeres sí lloran, cuando nos cancelan conciertos. Las mujeres no están facturando con estas cancelaciones”, expresó.

La tortura que vivió mujer tica para ver a Shakira
Este fue el mensaje que compartió Shakira. ​

El golpe emocional no se detuvo ahí. Hasta el día de hoy, las personas que viajaron aún no saben cuándo será reprogramado el evento, y mientras no haya nueva fecha, tampoco tienen opción de solicitar un reembolso.

A pesar del desengaño, las asistentes decidieron rescatar algo del viaje. Esa misma noche fueron al Riverwalk de San Antonio, un paseo ribereño lleno de bares y ambiente latino. Allí coincidieron con decenas de personas que también iban al concierto.

“Cada vez que nos topábamos con alguien, era como darse el pésame: ‘¿Ustedes también venían al concierto?’ Y era abrazarse, llorar un poco en grupo, reírse también”, agregó.

El lugar se transformó en una fiesta inesperada. Muchos lucían pelucas moradas y outfits inspirados en Shakira. En los bares, los DJ pusieron sus canciones. “Hasta nos decían: ‘Si Shakira les canceló, nosotros no’”, recuerda entre risas.

Según Marcela, el bajonazo no se borra, pero al menos quedó la experiencia compartida. 

“Yo soy fan de ella desde que tengo como 9 o 10 años. El primer disco que me regalaron fue el de '¿Dónde están los ladrones?'. Uno viene con la ilusión de verla… y lo que duele es sentir que lo cancela como si nada. Nadie me devuelve el dinero invertido, las vacaciones, el tiempo. Son cosas que duelen", finalizó. 

A finales del año anterior, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) aprobó los permisos para un concierto de la colombiana en el país. El evento se realizaría en marzo, aunque no pasó a más. 

Fuentes cercanas a Teletica.com explicaron que la intérprete de La Tortura llegará a suelo tico este noviembre, aunque no hay nada confirmado, ni permisos en trámite. 

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