El pan gratuito de los restaurantes no es tan inocente como parece
Detrás de este gesto amable hay una estrategia que puede influir en lo que usted come… y gasta.
En la mayoría de restaurantes, hay un elemento que rara vez falta en la mesa: pan recién horneado, crujiente, a menudo acompañado de mantequilla, aceite de oliva o alguna salsa especial. Llega incluso antes de que se realice el pedido.
Aunque suele interpretarse como un gesto de hospitalidad o una muestra de buena atención al cliente, lo cierto es que esta práctica podría estar motivada por razones más estratégicas de lo que parece (ver nota completa en el video adjunto).
Un estudio realizado por la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, identificó tres razones principales por las cuales muchos restaurantes optan por ofrecer pan de forma gratuita al inicio del servicio:
1. Estimula la sed y promueve el consumo de bebidas: el pan, especialmente si es salado, puede generar sed. Como resultado, es más probable que las personas pidan una bebida. Este consumo adicional beneficia al restaurante, ya que las bebidas suelen tener un margen de ganancia mucho más elevado que el del pan.
2. Aumenta el apetito: el consumo de pan puede provocar un aumento rápido de glucosa en la sangre, lo que intensifica la sensación de hambre. Esto puede llevar al comensal a ordenar más de lo que inicialmente había planeado: entradas, postres o platos adicionales.
3. Mejora la percepción del servicio: recibir un producto gratuito genera una sensación de gratitud y satisfacción. Las personas se sienten mejor atendidas, lo que puede influir positivamente en la evaluación del establecimiento, la propina o la intención de regresar.
Este tipo de estrategia tiene particular efectividad en Costa Rica, donde el consumo de pan es elevado. Según el estudio Taste Tomorrow, nuestro país se encuentra entre los que más pan consumen en América Latina.
Un hábito arraigado en la mesa costarricense
El costarricense promedio consume, aproximadamente, 25 kilogramos de pan al año, lo que equivale a unos 150 bollos o 50 paquetes de pan cuadrado.
¿Debe preocuparnos esta práctica? No necesariamente. No se trata de desconfiar de los gestos amables, sino de comprender las dinámicas que influyen en nuestras decisiones de consumo.
Considere las siguientes recomendaciones:
- Modere el consumo: evite llenarse antes de que llegue el plato principal.
- Elija con conciencia lo que bebe: si siente sed, el agua puede ser una alternativa saludable y económica.
- Planifique su pedido: tenga presente que el pan puede alterar su nivel de apetito y, por ende, influir en su decisión de consumo.